lunes, 30 de mayo de 2016

DESASTRE NUCLEAR VS TOMA DE CONCIENCIA

Aquella mañana un cielo diáfano, sin nubes, prometía buenos vientos para Japón, habían llegado noticias allende del  mar que los aliados habían vencido.

El señor OSAMU TANIZAKI estaba sentando en las escalinatas del Banco Sumitomo en la encantadora Hiroshima, las noticias prometían el fin de una guerra ominosa, ya cesaría la muerte en su conquista empecinada de nuevas almas,  prometía el día  buenas noticias, había que escuchar la radio y el optimismo rodeaba a la ciudad que tranquilamente se despertaba.

De pronto una luz enceguecedora que el  cerebro no podía dilucidar, un calor infernal iluminó y rodeo el cielo, bajò a la ciudad como un cruento ángel de la muerte, en ese lunes 6 de agosto de 1945 a las 815 de la mañana vaporizó al señor OSAMU y a cuarenta mil almas que estaban en un  radio de 10 kilómetros, en ese instante eterno y demencial nadie imaginó que 600 metros arriba de sus cabezas había detonado  Little Boy primera bomba atómica sobre una ciudad y  que desapareció en un segundo miles  de vidas,

Los que se vaporizaron en este halo apocalíptico,  no sufrieron porque no se dieron cuenta que murieron, otros días,  meses después y hasta años más tarde miles  fueron apagándose lentamente con terribles secuelas por las quemaduras radioactivas.

Este relato es real, no sé si el hombre sentado en las escalinatas del banco Sumitomo  se llamaba OSAMU, pero si es cierto que allí estuvo sentado un humano porque quedo su sombra en esas escaleras, también quedaron otras sombras fantasmales  sobre el asfalto,  de caminantes que se evaporaron en un instante.

El 9 de agosto otra vez el ángel de la muerte tocó a Nagasaki estela de destrucción dejo y el mundo aterrado fue el espectador de lo que puede repetirse como una hecatombe nuclear.

¿Porque ahora se habla en las noticias de estas tragedias si todavía no es su aniversario?

Todos sabemos en esta aldea globalizada, que OBAMA se encuentra en Japón en la martirizada Hiroshima y que un antecesor Harry Truman fue quien  dio la orden de lanzar estas armas letales, con ellas se rindió  el imperio del sol naciente y con ello término esa pesadilla de la segunda guerra mundial

¿Qué sigue?




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cnn.com


Los líderes de las potencias se han reunido para pactar límites a las armas nucleares, pero el asunto no es tan simplista, ya que la lógica armamentista, si se puede llamar así, responde a intereses y políticas que van más allá de las buenas intenciones de los gobernantes, a veces ellos son unas fichas de un ajedrez macabro,  porque repito lo mismo, la lógica del poder responde a que hayan más armas, sea con propósitos defensivos intimidatorios, de hegemonía, de subyugación de satisfacer la vanidad del más fuerte.

Cálculos modestos consideran que en lo profundo de nuestra madre tierra hay enterradas unas 15600 cabezas nucleares, siendo quien más posee Estados Unidos, pero Rusia no se queda atrás y China el gigante asiático muestra su apetito por tenerlas y que decir en países donde hay pobreza galopante en su población como India Y Pakistán y no olvidemos a Corea del Norte por favor.

Científicos han  recreado por computador que sucedería si países que no tienen los mayores arsenales entraron en una guerra demencial y explotaran sus cabezas nucleares.

El resultado sería más desastroso que las bombas lanzadas en Hiroshima y Nagasaki, (èstas son más potentes)  la capa de ozono se deterioraría gravemente, un invierno global determinaría una gran hambruna, talvez más de dos mil millones de personas no sobrevivan (quizás más) el carbón negro que quedaría n la atmósfera caería  en una letal lluvia. La tierra tardaría décadas en reponerse.

No todo está perdido depende de la voluntad política de las grandes potencias vaciar a la tierra de estas mortales ojivas, porque aun con las más loables intenciones, la energía nuclear destruye la naturaleza, mata al hombre, no es sino ver los desastres de Chernobyl y Fukushima son un ejemplo de esta caja de pandora que  se abrió con esta potente arma en poder de los humanos.

Pero aún queda la incertidumbre de las fuerzas de la naturaleza, calcular su potencia es imposible, la madre tierra se sacude con violencia, vomita fuego como si quisiera deshacerse de esta carga espantosa que yace en su vientre,  el océano barre sin compasión lo que encuentra, fuerzas cósmicas amenazan al planeta y bueno ¿Los humanos dónde quedan?

Hay grupos de terror que quisieran borrar a occidente así se inmolen ellos, hay gobernantes que tienen el poder de sellar la suerte de la humanidad ¿Podemos confiar en la sanidad mental de los poderosos?

Me viene a la mente una de las frases de Carl Sagan: “Vivimos en una sociedad profundamente dependiente de la ciencia y la tecnología y en la que nadie sabe de estos temas. Ello constituye una formula segura para el desastre”

Ansiemos que estas nuevas generaciones sean más sensatas, que protejan y amen la tierra, que sus ansias de poder no las impulsen,  al fin y al cabo  el poder se disuelve de manera inexorable en la arena de los tiempos, que  sea su cometido trascender y propender por una humanidad más justa, igualitaria, más ética y menos utilitarista, más espiritual y con menos ansias banales de supremacías, imperios e individualidades que a la postre desaparecen, si se nos ha olvidado, la historia nos lo recuerda.





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