Reinvidicar el derecho a soñar como aventureros del universo
martes, 26 de enero de 2016
REIVINDICANDO EL DERECHO A SOÑAR
En la Universidad tenían la insana costumbre de fijar clases a las seis de la mañana, algunas veces efectuando verdaderos actos heroicos, acudía a regañadientes para ver a un profesor mas dormido que los alumnos, abrigaba la esperanza que fuera de sorprendernos con un acto algo ridiculo como trastocar sus zapatos con colores diferentes, lo que daba lugar a un intercambio de papelitos entre los compañeros y a la hilaridad general, ahuyentando en parte el aburrimiento, no había nada grandioso que justificara el madrugón, por ello si no había un suceso merecedor de mi atención, me agazapaba en un rinconcito, lejos de la mirada nada vigilante del profe, rumiando mis propios pensamientos y reivindicando mi derecho a soñar. Hoy lustros después añoró ese rinconcito mañanero donde se urdieron poemas y se forjaron esperanzas.
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